miércoles, 17 de febrero de 2016

LIBROS DE MI INFANCIA: Puck

Hace poco fui a comer a casa de una tía abuela muy querida y en sus estanterías vi un par de ejemplares de Puck, unos libros que leí en mi infancia/adolescencia. Los cogía prestados en la biblioteca -que para mí ir hasta allí en autobús ya era una excursión en sí misma- y los devoraba.



La serie estaba dividida en varios bloques temáticos, según dónde estuviera estudiando Puck y yo sólo leí la primera, en el Internado Egeborg.

Los escribían dos autores bajo el pseudónimo de Lisbeth Werner. Yo leí en su momento el último libro de la serie y se notaba mucho que sólo lo escribió uno de ellos. 

El hilo conductor son las aventuras de Bente, la hija de un ingeniero danés que al enviudar y encontrar trabajo en Valparaíso debe dejarla en el colegio interna. Aunque al principio le cuesta adaptarse pronto descubre consuelo en el bosque -de ahí que la apoden Puck, el duendecillo del bosque de la obra de Shakespeare- y en sus amigos Navío, Inger y Karen y los revoltosos Alboroto y Cavador, con los que existía siempre un pique y una rivalidad sana chicos-chicas.

Una de las cosas que más me gustaba de los libros era que las niñas solían ganar siempre y resolver todos los misterios, cosa que se agradecía después de venir de libros como Los Cinco o Los Siete Secretos donde no salían de la cocina/hacerle los trajes.

Si los relees con las gafas de ahora hay cosas que sorprenden mucho como el hecho de que los adultos fumen y que a los chicos, con permiso de los padres, les dejaran también echarse un piti en las fiestas. 

Me fascinaba también cómo salían de excursión sin adultos, cómo esquiaban en el colegio, ¡lo exótico que me parecía a mí que montaran a caballo o tiraran con arco en el colegio! Releí los seis primeros libros de Puck y me hicieron sonreír. Son novelas que han envejecido bien y que mis primas más pequeñas, de doce y nueve años, disfrutaron como enanas, como yo hice en su momento.

Lo malo parece encontrarlos porque están super descatalogados, pero por intenet se venden algunos. Y si no, ¡como yo y a la biblioteca!


No hay comentarios:

Publicar un comentario

si comentas te daré una galleta de verdad y no esas cookies que tanto anuncian y que aún no he visto por aquí (;